RELOJ DE ARENA

Los años han pasado.

Ya no estoy en el ojo del ciclón.

La tormenta se aleja, pero todo está destruido.

Tú eres aquella que esperaba,

pero llegas demasiado tarde,

pues ya no soy capaz de amarte;

ya no tengo suficiente fuerza ni inocencia.

Mi candor se ha consumido en los brazos de tantas otras.

Antes, la simple visión de un cuerpo desnudo me turbaba;

ahora, no es más que un amasijo impersonal de carne y huesos en decrepitud,

una combinación efímera de órganos en un equilibrio tan frágil.

Tus caricias no me causan el más mínimo efecto.

Me doy cuenta de que me he convertido en un pedazo de madera seca.

El tiempo lo destruye todo a su paso.

Tantos años entre cuatro paredes,

sin el más mínimo contacto.

Para sobrevivir, algunas cosas tuvieron que morir en mí.

En el reloj de arena, el tiempo fluye inexorablemente.

Y cuando por fin estoy listo, ya es demasiado tarde.

Cuando finalmente sea capaz de vivir,de enfrentar la existencia, será hora de morir.

Los años pasan cada vez más rápido.

La arena fluye,fluye implacablemente.

Las personas desaparecen.

Algunas mueren,muchas se vuelven insignificantes.

He recorrido el mundo físicoy me he sumergido en mí mismo.

Las secuelas son irreversibles,las cicatrices me lo recuerdan.

El alma, como una esponja,ha absorbido el sufrimiento del mundo.

Y el espíritu, fragmentado,disperso aquí y allá.

En ingravidez, en medio de la noche,

las palabras escapan con facilidad,sin ninguna vergüenza.

Escucho la arena fluir...